La corrosión en construcciones metálicas, es el proceso de destrucción de los metales y sus aleaciones, provocado por una acción quÃmica o electroquÃmica; esta causa enormes daños, no solamente a las estructuras, sino a la economÃa del paÃs, pues anualmente se pueden llegar a perder millones de toneladas de metales y de dinero, en la inversión para reconstrucción.
Existen dos tipos de corrosión
1. QuÃmica: Esta es la destrucción del metal por la acción de gases o lÃquidos no electrolÃticos, como la gasolina o los aceites, entre otros.
Un ejemplo tÃpico de corrosión quÃmica es la oxidación de metales a altas temperaturas.
2. ElectroquÃmica: Se desarrolla por acción de electrólitos sobre el metal; estos pueden ser muy complejos en dependencia de la naturaleza del metal y del electrólito, pero en general corresponden a la acción de oxidación – reducción, en la que el metal sufre el proceso de oxidación y se destruye o disuelve.
La velocidad con que las estructuras metálicas se corroen es lenta pero constante; todo depende del ambiente donde se encuentren y poco a poco se va creando una capa fina de material en la superficie, que va formándose inicialmente como pequeñas manchas hasta que llegan a aparecer imperfecciones en la superficie del metal.
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